12 junio 2010

Desvarío número 1

No hay sosiego en el olvido

Rastro saldado en la boca
memoria perdida en placer
tras las puertas efímeras
la noche sucumbe temprana
amanecida en llanto
y un deseo oblicuo
el rastro de sal en la boca
la pertinencia inherente

La cohesión propia
de dos mañanas
que colisionan en el sur
de los cuerpos
que danzan entre ellas

Un punto en el aire

El singular plagio
eco de otras voces
esa palabra sostenida
muda intervención de tiempo
entre planos contiguos
pequeñas fichas de cielo
aquel mutuo acuerdo
perversa necesidad
la fantasía obligada
cálido espasmo nocturno
blanco en el silencio
recurrente espera ciega
en el mismo lugar común

Vocablo pobre
la violación continua
y el hijo paria de esta boca
escasa palabra reseca
anidada en el ceno
el grito ahogado en el eco

Una pupila a destiempo
ese tuerto sonido
desgarro de sábanas
tibio en el frío
a contraluz