06 diciembre 2009

Sangremos

Son las heridas flojas de ayer
las sangrantes, las que duelen de noche
como si el corazón quisiera galopar errante
tomar otro lugar en el cuerpo celeste
intentando saciar fuegos perdidos
viejas derrotas que otrora escondíamos
tras las sombras del rubor vergonzoso
del que huyo cuando lo oigo llamar a la puerta
echado bajo las sabanas. Con los ojos cerrados
escupiendo verbos con un pudor negligente
como si llorando se fuera a ir de súbito
cohabitando con el miedo de salir dañado
mientras intento hacer las paces contigo
y quedar a mano en la historia oficial
para que la soledad no nos arañe el vidrio
todas las noches de imparcial ausencia tardía
como con miedo de dejar el rebaño
como cuando solo por las calles
como esa vez que tuvimos sexo y no hablamos
viviendo en pena el trémolo pecado original
de no abrir la puerta y enfrentar la calle
mientras las bestias aullan con fragilidad
los clamores de un placer que acordarnos quisiéramos

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