Punto y aparte

Desatando las luces frías
contando los respiros, ajeno
con las caretas en los bolsillos
con nuestros ojos a obscuras
lamiendo la llaga que nos da de comer
arrojando peces muertos al agua

Con las muñecas desfiguradas
procuras dar otro corte más
revivir dolores tan distantes
como aquellos del padre y del hijo
intentando amanecer cuando aún
son las res de la madrugada
que sigue fría como la garganta
aquella perdida tras el cuchillo

Y son esos traspasos míticos
los que torturan la vista
desgreñada por el tiempo caduco
traspasando la piel quemada
tal como árboles en otoño
ceniza sobre la misma
orada el pecho mostrando el plexo

Asoleando la nuca y los miedo
termino la farsa y la comedia
he comido el pan, he probado el vino
cavé la fosa, enterré el muerto
con los ojos cerrados me cubro con tierra.

A la deriva

No hay más cabos sueltos
tampoco mancomunados esfuerzos
barcas a medio armar
ni palomas en la cornisa
y el oleaje con su vaivén
entrega cadencias perpetuas
de soledades engereidas en rencor

Aún los teléfonos suenan
sin clara ni concisa respuesta
con las manos en la cara
mirando el techo oblicuo
con las calles sonando
con las luces despiertas
soñando a la embriaguez

Esos estremecedores silencios
se escabullen entre las rendijas
y golpean las puertas a puntapiés
con aquella vehemencia bulímica
queriendo estrangular mis ojos
esperando que ahogue mi pecho
durmiendo con la espalda hacia la pared

Y en el aire aun está presente
ese delgado pero penetrante
gusto a orina, como una marca
huellas transitorias de un pasado
con un futuro perdido en el horizonte
augurando nuevos presagios
desgracias de reminiscencias del sueño

Volátil

A la luz de un candelabro
contemplo aquella cama
satisfecha de tu presencia
clamando mis extremos
para descubrir los secretos
del día, de la noche
de esa antigua alquimia que crean
nuestros cuerpos en roce

Sobrio

Ahogando penas censuradas
de cara al lavamanos
y el agua que golpea la nuca
con cariños de puta vieja
buscando en el espejo la respuesta
que traerá de vuelta tu cuerpo
entre las sábanas aún tibias
húmedas de lasciva contemplación
que secan las gotas de amor
caídas de mi boca mustia
junto a lo que se lleva
la corriente de la llave