Si te dijera
que todas las veces
en las que he rogado
por esos minutos extras
donde la ropa sigue ahí
entre los escombros
del tumultuoso amor
ese desecho espacio triste
donde nos ahogamos
es solo para verte
pasear tu silueta generosa
entre los muebles
buscando tu ropa interior
como si el reloj apremiara
y el tiempo se extinguiera
como el cigarro que aun
aguarda en su caja
correr la misma fortuna
que mi cuerpo
Y me miras
con indiferencia
como queriendo prohibirte
sucumbir una vez más
a la inefable tarea de amar
y jugar muy bien tu papel
de mujerzuela vulnerable
como si fuera pecado
desdoblar los minutos
en el seno entre tus piernas
aun sabiendo que hace horas
las calles están vacías
viéndote obligada a ceder
escombros sobre escombros
y en el epicentro estas tú
exhibiéndote desnuda
contemplada por las olas
que traen tus pieles heladas
empapadas en sudor
resignándome a verte partir
en un alba prematura
a que vuelvas con tu fuerza
y tu clásica vehemencia
a arrasar con las realidades
y soñarnos entre las sábanas