las pisadas caen silentes
y el aire dibuja arreboles
el vaivén de los cuerpos
el sutil juego erótico
acompañado de la mirada
ese ojo cómplice que
atenta en el fugaz contacto
dispersar las ideas en la calle
como queriendo hacer otra
imperfecta vista aleatoria
de una vía de pensamientos
lanzando puentes al infinito
y ver los reflejos del rostro
en tus pupilas pardas
y de vuelta al inefable
acto del movimiento
por la rúa fría de entes
en busca de otros espejos
1 comentario:
Hay carne, mucha carne. Gracias, por esto, por las letras, por todo :)
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